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(Parece un trozo de manifiesto.)
El destino, así como suena, se crea sin pedirnos opinión y
es voluntad de un poder superior.
El impuro no será maldito; es su
destino ser hecho pedazos por los colmillos de los sabuesos.
No puedo sentir lástima por las
víctimas de este mundo: son ellas las que lo crearon. Es el
mismo mundo que arrebató a este perro su mordisco.
No aullaré más, afilaré mis
colmillos. No rugiré más; afilaré mis garras.
Todos nuestros camaradas aguardan el
momento de sacrificarse por la causa. Solo los sabuesos
tienen un propósito puro y pueden purgar el mundo.
No cazamos solos. Cazamos en manada.
Somos Veltro.
Earl Brinvico.
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